Desde temprana edad, a Santiago
Rivera Ipiales le apasionaban los autos, como a cualquier niño, pero con la
característica de que los camiones grandes eran los que más le llamaban la atención.
Su infancia estaba marcada por las conversas frecuentes de sus familiares,
quienes desde antes ya se dedicaban al transporte
pesado.
La vida de Santiago seguía transcurriendo
sin perder de vista un horizonte de ser chofer profesional y manejar un camión
enorme, tal cual lo soñaba en su infancia. Desde los doce años, adquirió la
capacidad de manejar tráiler, característica que ningún niño de su edad podía
hacerlo. Las primeras señas de su futuro se estaban marcando.
El dinero se convierte en un
obstáculo cuando la adquisición de los bienes es necesaria. Migrar al otro lado
del mundo fue una de las decisiones más duras que Santiago tomó. “A los 18 años
me fui a Europa para cristalizar la
compra de mi propio camión y con mi propios medios. Yo no quería ser un empleado,
sino mi propio jefe, no tener horarios y conseguir mis propios ingresos”.
Luego de ocho años de haber
vivido y trabajado en Europa, la crisis acontecida en ese tiempo hizo que su
regreso a Ecuador fuera inminente. Después de haber conseguido todas sus metas
propuestas, ya en el país adquirió su propio tráiler, cuyo costo es increíblemente
alto.
Así y gracias al esfuerzo de cada
día y como fruto de sus buenas inversiones, sus malas noches, y sus largas
horas de viajes por las carreteras del Ecuador ha cumplido el sueño que tenía
desde niño.
Santiago Rivera Ipiales, a sus 34
y con su trabajo, ha sido parte de la historia que narramos semana a semana en
su segmento Manos Emprendedoras.
Johana Estefanía Duche
Lisseth VIllacrés López
Alexandra Azanza
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