“Se va
plantear una controversia, una permanente controversia respecto a la figura que
es Espejo, este precursor tiene validez. Lo que nos dice es que todavía hoy es
una discusión que bien vale la pena afrontarla”
De
extracción humilde, el Espejo infante y adolescente se crió en el ambiente del
Hospital de la Misericordia de Quito. Imperaba entonces una medicina mezcla de
empirismo y escolasticismo, y eran muchos los médicos improvisados e
incompetentes. Para 1762 el mestizo quiteño se graduó de bachiller y maestro de
filosofía en el colegio jesuita de San Gregorio. Su autobiografía recoge una
confesión de esa época que marca el sino de su vida futura: "deseo
ardientemente ser conocido por bello espíritu". En 1767 se recibió como
doctor en medicina en la Universidad de Santo Tomás, y en 1770 obtuvo un título
en derecho civil y canónico.
“Fue una
figura emblemática de alto relieve una cumbre nevada en América Latina, en esa
época Quito dispone de un gran acervo de bibliotecas. Quito vivió entonces muy
actualizado y el pensamiento que generó en esa época era de punta.”
Este
último período de estudios fue decisivo; en él se añejó lo mejor de su espíritu
sarcástico, vibrante y virulento. La formación de Espejo transcurrió entre la
influencia del "probabilismo" jesuítico, de los libros hipocráticos y
del jansenismo. Fue lector asiduo deLas provinciales, de Blaise Pascal;
del Teatro crítico universal, de fray Benito Jerónimo de Feijóo; de La lógica moderna y los libros hipocráticos de Andrés
Piquer, y del Método de
estudiar del célebre Luís
António Verney, más conocido como "el Barbadiño".
“Hay un
reconocimiento general en la historia ecuatoriana que fue precursor de independencia
pero también ha sido visto como un gran investigador por ejemplo medicina, fue
también un precursor en el campo de la literatura y de los análisis sobre el
estilo antiguo”
En 1772
Espejo empezó a ejercer la medicina en Quito, e inició su sátira y crítica a
los responsables de los males imperantes en la ciudad. Años más tarde, en 1785,
el Cabildo de Quito le solicitó la redacción de un método para prevenir las
viruelas. En el informe que realizó al respecto atribuyó el problema a causas
sociales y culturales; afirmó que los responsables de las epidemias contagiosas
eran la ignorancia en cuestiones de higiene, las deficientes condiciones
sanitarias de la ciudad y hasta la mala formación médica y los propios sacerdotes
betlemitas que, sin criterio, dirigían el hospital de Quito.
Las
críticas de Espejo no se detuvieron ante la violenta reacción de sus acusados;
detenido bajo el cargo de ser autor de El
retrato de Golilla, un manuscrito "sangriento" y
"sedicioso", Espejo fue encarcelado por primera vez en 1787. Pero los
cargos resultaron carentes de pruebas y poco tiempo después quedó libre. A
partir de aquí, el viaje que por intimación de sus enemigos realizó a Bogotá
logró, al contrario de lo que se pretendía, ampliar su audiencia y favorecer
nuevos proyectos. Allí hizo amistad con Antonio Nariño y Francisco Antonio Zea, jóvenes
intelectuales colombianos, y trabó contacto, así mismo, con Juan Pío Montúfar.
Bajo el amparo de este último, Espejo proyectó la conformación de una Sociedad
Patriótica cuyo fin sería promover el mejoramiento de Quito.
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