Gabriel García Márquez mas conocido como “GABO”
nació en Aracataca en el departamento de Magdalena en Colombia, el 6 de marzo
de 1927. Sus padres fueron, el telegrafista Gabriel Eligio García y Luisa
Santiaga Márquez creció con sus abuelos
maternos y sus tías.
Los abuelos eran dos
personajes bien particulares y marcaron el periplo literario del futuro Nobel:
el coronel Nicolás Márquez, veterano de la guerra de los Mil Días, le contaba
al pequeño Gabriel infinidad de historias de su juventud y de las guerras civiles
del siglo XIX y . Doña Tranquilina Iguarán, su cegatona abuela, se la pasaba
siempre contando fábulas y leyendas familiares, mientras organizaba la vida de
los miembros de la casa de acuerdo con los mensajes que recibía en sueños: ella
fue la fuente de la visión mágica, supersticiosa y sobrenatural de la realidad.
Cuando murió el
abuelo tuvo que irse a vivir con sus
padres al sabanero y fluvial puerto de Sucre, de donde salió para estudiar
interno en el colegio San José, de Barranquilla, donde a la edad de diez años
ya escribía versos humorísticos.
En 1940, gracias a
una beca, ingresó en el internado del Liceo Nacional de Zipaquirá, una
experiencia realmente traumática. En los años de estudiante en el colegio en
Zipaquirá, Gabo se dedicaba a pintar gatos, burros y rosas, y a hacer
caricaturas del rector y demás compañeros de curso.
En 1945 escribió
unos sonetos y poemas octosílabos inspirados en una novia que tenía: son uno de
los pocos intentos del escritor por versificar.
En 1946 terminó sus
estudios secundarios con magníficas calificaciones.
En 1947, presionado por sus padres, se trasladó a Bogotá a
estudiar derecho en la Universidad Nacional El estudio de leyes no era
propiamente su pasión, pero logró consolidar su vocación de escritor el 13 de
septiembre de 1947 cuando publicó su primer cuento, La tercera resignación, en el
suplemento Fin de Semana, nº 80, de el periódico El Espectador.
Entre sus principales obras están:
- Cien años de soledad
- Vivir para contarla
- Memorias de mis putas tristes
- El amor en los tiempos del cólera
- Relato de un náufrago
- Crónica de una muerte anunciad
- El coronel no tiene quien le escriba de la que enmarcamos la siguiente cita:
"Desde
hacía mucho tiempo el pueblo yacía en una especie de sopor, estragado por diez
años de historia. Esa tarde -otro viernes sin carta- la gente había despertado.
El coronel se acordó de otra época. Se vio a sí mismo con su mujer y su hijo
asistiendo bajo el paraguas a un espectáculo que no fue interrumpido a pesar de
la lluvia”
0 comentarios:
Publicar un comentario